fuego

En Orense, al igual que en otras zonas de Galicia, así como en los Picos de Europa, Las Médulas en León y diversos pueblos de España ya arrasados por las llamas, los incendios continúan avanzando. Muchos vecinos, negándose a abandonar sus hogares, ponen en riesgo sus vidas al intentar defender sus casas, recuerdos y fincas.

La situación también afecta a los viajeros. Numerosas personas han quedado atrapadas en Galicia, sin poder salir debido a la suspensión de trenes por los incendios. Los vuelos han multiplicado su precio, los coches de alquiler se han agotado y los autobuses viajan completos. No fue hasta ayer cuando algunos trayectos comenzaron a reanudarse.

Mientras tanto, el presidente del Gobierno permanece de vacaciones en Lanzarote con familiares y amigos, sin que se perciba el envío de medios suficientes para combatir unas llamas que no han podido ser prevenidas con cortafuegos, desbroce de monte, limpieza de fincas, pastoreo u otras medidas de gestión forestal. A esto se suma la privatización de servicios y unas políticas claramente insuficientes para frenar la magnitud de estos fuegos.

Muchos incendios parecen haber sido provocados. Pese a ello, numerosos vecinos insisten en permanecer en sus casas y tratan de sofocar las llamas con cubos y mangueras, arriesgando su seguridad.

En Lugo y Orense, la calidad del aire se ha vuelto muy deficiente debido al humo. Desde Europa ya se ha enviado apoyo adicional y, aunque las temperaturas han comenzado a descender, lo que facilita las tareas de extinción, la emergencia sigue activa