El 1 de mayo de 1913 empezó a recorrer la ciudad el llamado tren del pescado por un túnel de unos 40 m bajo el centro de Vigo, este tunel se construyo al surgir la necesidad de transporte entre la lonja de O Berbés del puerto y la estación de tren de Urzaiz, para así trasladar la mercancía del puerto a otras ciudades. Sus túneles aún permanecen bajo el centro de la ciudad, pero sin uso actualmente.
Otro túnel se empezará a construir en unos meses en el centro de Vigo e irá desde la calle Policarpo Sanz hasta la mitad de la calle de Elduayen y será de ambas direcciones para agilizar el tráfico y permitir la peatonalización de la Puerta del Sol.
Bajo las murallas de Lugo, declaradas Patrimonio de la Humanidad y únicas en conservarse enteras, un túnel de origen medieval se cree que para el uso de la canalización de aguas residuales, este situado en el interior del cubo VI.
Mucho se ha hablado de los túneles bajo la Ciudad coruñesa Betanzos de los Caballeros. Existen accesos ya tapiados a estos túneles en diferentes casas en las que al abrir una puerta uno se encuentra el acceso a un túnel y no a otra habitación.
Se especula si el nombre de la iglesia situada en la ciudad y en la que desembocan los túneles: Sta Maria de Azogue proviene del significado Plaza de un pueblo donde se hacían tratos comerciales o proviene del Azogue, al estar cercana a las minas de Azogue ya que este era el nombre antiguo que se daba al mercurio extraído del cinabrio y que utilizaban los alquimistas. Que creían que el mercurio era un ingrediente básico para conseguir la piedra filosofal y con ella poder transformar cualquier metal en oro, curar enfermedades y conceder la inmortalidad. Los sombrereros también lo utilizaban para procesar la piel pese a la alta toxicidad del mismo.
Se ha constatado que se encontraron minas de este metal en el año 1765 y que 10 años después en 1785 se abrieron varias bocas de minas por una Orden Real al Intendente de Galicia para buscar vetas de Cinabrio sin encontrarlo.
El misterio de sus recorridos permanece de momento bajo tierra esperando que alguien las descubra.